Sol, chiringuito y playa.
Madrid, 2011. Principios de septiembre, el verano ha decidido quedarse con nosotros, los termómetros no nos dan tregua, el sol aprieta y soñamos. Y nuestro sueño se cumple.
Soñamos que los niños juegan en la arena con su cubo y su pala, levantando construcciones de la nada, edificaciones que no conocerán la palabra crisis. Las señoras tumbadas, disfrutando de los últimos rayos de sol, quieren coger el moreno que dicta la moda, quieren estar guapas, quieren gustarse a sí mismas. Todas las tumbonas llenas, toallas sobre la arena. Familias en los chiringuitos, los refrescos aliviando el calor. Niños corriendo, niños jugando sobre la arena. Niños en el agua. Salpicando, saltando, riendo. Niños felices. La playa.
La playa. Y junto a ella, paseantes, familias en bicicleta, adolescentes con monopatines haciendo acrobacias, karts a patines, tándems, y nadie corre, no hay prisas, sólo hay tranquilidad. Jardines, césped, parques para los niños, juegos de equilibrio, juegos de túneles, esculturas. Y bañándolo todo un río, un río con vida, con patos, con aves, con peces.
Sí, estamos soñando, porque estamos en Madrid, y en Madrid no hay playa. No había playa ahora sí, como por arte de magia Madrid tiene playa. La playa urbana de Madrid Río.
Y es que poco a poco Madrid Río está siendo una realidad. Por fin podemos disfrutar de un río sano, rodeado de zonas verdes, rodeado de vida. ¿Y el tráfico? El tráfico enterrado, lejos, ausente. No es una playa de verdad, aunque tenga sus tumbonas, su arena, sus chiringuitos. Es algo más, hay tres zonas de agua, son una especie de fuentes gigantescas donde hay miles de chorros de agua, la delicia de los niños.
La playa urbana de Madrid Río, no son piscinas, el agua apenas cubre las plantas de los pies, no hay que preocuparse por los más pequeños. A los niños les encanta. Madrid tiene playa.
Y a un lado dos muchachos con una baraja de cartas. Pero no juegan al mus, ni a la brisca, ni al actual póker. Están haciéndose trucos de magia, jugando entre ellos, eseñándose nuevas técnicas. Porque Madrid está llena de magia, de magos, y ellos son nuestros magos, el futuro de nuestra magia. Y que mejor sitio para practicar que nuestra nueva playa, la playa de Madrid Río.
Publicado el 12 de septiembre del 2011.
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